Facultad de Derecho de Murcia
En las tradiciones orientales, siempre hay una costumbre que es dejar los zapatos fuera, antes de entrar en la casa o en el templo. No es sólo por no traer el polvo y suciedad del camino, al lugar donde se va a estar descalzo. Hay una idea filosófica.
Nosotros andamos en el mundo, pero no directamente sobre el mundo. Andamos a través de algo. Es como un pasajero que motoriza y monitoriza el instrumento que le lleva a caminar por el mundo, decidir por dónde va. Pero el zapato le impulsa con fuerza a dónde ir.
Cuando queremos cambiar de estado, de un lugar a otro, incluso de conciencia, porque no es lo mismo en el hogar, en el templo o en el mundo en contacto con muchos y con todo, a cuando vamos a poder seleccionar a quienes queremos estar vinculados y con qué queremos vincularnos. Y para no traer una memoria inadecuada, q forme parte de un residuo de actividad, hacemos un cambio de conciencia, y dejamos aquella que nos resultaba útil y necesaria para movernos en el mundo, pero que ya no lo va a ser.
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