9 de mayo de 2010

ATHA, EL PODER DEL AHORA

En la teoría del karma secuencial, los ahora se pierden. Si se repiten las circunstancias en la vida, tú no serás el mismo, porque las cualidades potenciales que pudiste tener y desarrollar las perdiste. Vas con defecto, en números rojos. No hay garantías de que el ahora se vuelva a repetir. No serás el mismo, ni tendrás las mismas potencialidades. Aprovecha el momento, porque si no, vas acumulando rémoras. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

MIRAR HACIA EL HORIZONTE

Dharma y karma son muy importantes en los Vedas y para nuestra trayectoria. Hay que conocer bien el karma, porque si no, uno no se posiciona bien en todo lo demás. Las premisas son que las acciones son buenas o malas, correctas o incorrectas, convenientes o inconvenientes. Y a veces, hay cosas convenientes, pero las hacemos incorrectamente. Hay que entender las tres, para ver cuál prima. Hay que entender el karana, la causa, un factor determinante del karma, y conocer las consecuencias de las acciones, el karya. ¿Sabes qué vas a hacer? ¿Qué puede ocurrir mañana, cuando existen consecuencias diferentes? Hay que conocer primero. Hay que saber más y desde la profundidad, y en un nivel superior. Hoy, se aceptan líderes absurdos, porque los propios maestros son limitados, y se proclama “porque tienen que sentirlo”. La gente sólo se mueve donde le gusta y es un mundo muy pequeño. Hay que prepararse como persona e intelectualmente. Cuando tienes una idea de tu hombre ideal y no aparece, ¿no será que es porque no te toca o no te mereces? Svadhyaya es el medio por el cual uno fluye hacia lo trascendente. Hay que ver más allá, las consecuencias que se consiguen con un estudio, y la conciencia con el aprendizaje. Y no olvidar la Vedanta que en la práctica es aprendizaje. El maestro es el vínculo de estudio con el alumno. A veces la vida se mueve en tres, y no puedes tener todo, has de elegir. Al conducir hay un horizonte, una perspectiva inmediata, el coche de delante y el peatón; y lo no inmediato, el horizonte lejano, que está más lejos y se va haciendo presente. Mi karma más inmediato está también unido a un futuro. Debo tener esta perspectiva, y no mirar con orejeras. Por ejemplo, de la devoción surge el conocimiento, y éste fortalece la devoción. Lo inmediato, consecuente y posterior; hay que tener conocimiento de esto, si no, no comprenderás lo que ocurre secuencialmente. A veces hay movimientos secuenciales cerrados que no permiten nada. Hay errores que “los sientes” diferentes, y estás en el mismo círculo cerrado, donde llevas años metido. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

EL KARMA DE LA ACCIÓN

El samskara deja una mella en la rueda de la vida, y también es positivo porque cambias la mella, y salta y avanza. El conocimiento es lo que puede liberar de un karma secuencial, o la icchashakti (energía de la voluntad) para que de la fuerza necesaria para cambiar la acción. Por eso, es muy importante la compasión, y no hay mayor compasión que enseñar el conocimiento. A veces esta compasión no gusta, porque supone romperse los dedos aprendiendo espada, porque esto conviene. Y además has de aprender porque no te gusta. El karma más que en los pensamientos se consagra en la acción. Pero toma mucha fuerza en las palabras, porque cuando lo hablas ya impactas en un sitio, y aunque cambiaras de opinión, ya has hecho el impacto. En algunos países orientales, aquel que agrede a otro, incluso de forma involuntaria en un accidente circulatorio, el juez le condena a ir al hospital a visitarle diariamente, pedirle perdón y atenderle, porque es su karma. Una violada tiene al agresor kármicamente para siempre. Cuando hablas marcas tu destino, se va cumpliendo. Y es que lo que haces bien repercute tres veces, y lo que haces mal repercute diez veces tres. Nosotros debemos ser prudentes a la hora de hablar. El karma de la acción es el que se hace en este estado de vigilia. El yoga de la meditación actúa borrando karma. El yoga del sueño es un karma-revelación, donde hay un vislumbre de lo que hay en uno, conciencia, un “report”. Porque todo lo que se piensa, se convierte en electroquímica en nuestro cuerpo, e influye en quien te rodea. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

EL KARMA SECUENCIAL REPETITIVO

Alguien viaja un tiempo por el mundo y vuelve a su pueblo de origen. Hay un bagage, pero también una inercia con las emociones. Él va de lugar en lugar, pero después inicia, fracasa y retrocede. Porque se fue diciendo que nunca se quedaría en el pueblo, que no se casaría, que nunca volvería, y a su vuelta, por tanto, da enormes justificaciones. Alguien reincidente que vuelve al mismo punto en diferentes edades, cuando está en la punta cae succionado a ese punto. Y es que fracasa, disimula y tiene poses continuas, hasta con 75 años se hace monje con un rictus estudiado. Pero alguien que dice “eso es pasado”, debería decir en su lugar “perdí todo, porque cometí un gran error en el pasado”. Y es que en la siguiente vida le ocurrirá lo mismo, porque la muerte no limpia y lava. El samsara es una rueda de nacimientos y muertes, y todos los días nacemos y morimos. Esto es lo que ocurre con un solo problema que genera un karma secuencial. Por tanto, muchos problemas generarán muchos bloqueos, muchos aturdimientos… Turiya es aquel estado que libera y rompe la cadena. Los liberados liberan a otros por el conocimiento, porque éste modifica la energía de la acción. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

PERDER EL PRESENTE

Hay que percibir el karma. ¿El pasado ha quedado pasado? No, está en nosotros ya, hay que percibirlo. Lo que hicimos con la espada en el pasado, está en el presente en nosotros. Pero “la memoria es débil e interesada”, física y psíquicamente. Vivimos en continuo presente y lo perdemos también: dormimos, fantaseamos, tenemos obligaciones y compromisos. No nos damos cuenta, a veces, de ese presente, de la simultaneidad. Puede ser algo sensitivo o emotivo, y puede que no lo estés registrando, que no seas consciente. Es un problema kármico. Por el anclaje en el pasado o las expectativas de futuro, pierdes el presente y lo postpones. Pero hay una acción y una reacción, una causa y una consecuencia. Sea consciente de la acción que realice y véala con previsión; y así cuando esté en ella, sea consciente en el presente, porque a veces justificamos y enmarañamos el presente y así no lo vemos. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

EL YOGA DE LA INTREPIDEZ

La batalla y el enfrentamiento externo han valido para hacer la guerra de la vida. En el caso de los que no son soldados, como los Swamis, pensamos que también Shiva es Dios de la guerra y dio su arco a Arjuna, a alguien con pureza, un arco que le permitiría levantarse a pesar de su gran peso. En un extremo está la cobardía del que evita enfrentarse cuando está en amenaza, y en el otro, el valiente bruto y agresivo que sólo conoce esa manera de entenderse. Hasta de los guerreros nacen las danzas. En India, se celebran festividades de dioses guerreros como Rama que fue un príncipe, o como Krishna, y se narran sus gestas. Valentía en el yoga es sinónimo de intrepidez. Es cobarde el que con una gran carga de ego, culpa a otros de todo lo que ocurre, menos a él mismo. Debemos mantener la atención en el momento emocional, recordar el mudra y no bloquearse, como ante la espada. Asimismo, mantener el mudra, el rictus, ante la enfermedad y tus problemas emocionales, porque la cólera y el miedo hacen perder la memoria, y las emociones hacen perder el entendimiento. Y nos dice el Bhagavad Gita que quien duda, está perdido. Y es que en este Karma Loka, este plano de conciencia de la acción, hemos nacido para ir al campo de batalla, que es el campo del Dharma, Kurukshetra. Nuestra batalla interna supone una batalla externa; si huimos de una, huimos de la otra. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

SABER MORIR ES UN ARTE

Conseguir la liberación es saber dejar de comer la vida, como el buen comensal deja de comer para no tener dolor. Según hayas comido en tu vida, harás la digestión de la muerte, y tendrás más o menos rabia en dejar de comer la vida. Así, según el Yoga, vivir es una arte para saber morir. Por eso, el yoga de la disolución es un arte. Una acción y su reacción, el Dharma (una ley), y una forma de vivir y de creer en cómo dejar de vivir, es la relación con la acción. La ley va de la mano de las acciones. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)