9 de mayo de 2010

EL KARMA DE LA ACCIÓN

El samskara deja una mella en la rueda de la vida, y también es positivo porque cambias la mella, y salta y avanza. El conocimiento es lo que puede liberar de un karma secuencial, o la icchashakti (energía de la voluntad) para que de la fuerza necesaria para cambiar la acción. Por eso, es muy importante la compasión, y no hay mayor compasión que enseñar el conocimiento. A veces esta compasión no gusta, porque supone romperse los dedos aprendiendo espada, porque esto conviene. Y además has de aprender porque no te gusta. El karma más que en los pensamientos se consagra en la acción. Pero toma mucha fuerza en las palabras, porque cuando lo hablas ya impactas en un sitio, y aunque cambiaras de opinión, ya has hecho el impacto. En algunos países orientales, aquel que agrede a otro, incluso de forma involuntaria en un accidente circulatorio, el juez le condena a ir al hospital a visitarle diariamente, pedirle perdón y atenderle, porque es su karma. Una violada tiene al agresor kármicamente para siempre. Cuando hablas marcas tu destino, se va cumpliendo. Y es que lo que haces bien repercute tres veces, y lo que haces mal repercute diez veces tres. Nosotros debemos ser prudentes a la hora de hablar. El karma de la acción es el que se hace en este estado de vigilia. El yoga de la meditación actúa borrando karma. El yoga del sueño es un karma-revelación, donde hay un vislumbre de lo que hay en uno, conciencia, un “report”. Porque todo lo que se piensa, se convierte en electroquímica en nuestro cuerpo, e influye en quien te rodea. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

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