4 de septiembre de 2009

LA MEDITACIÓN 3

http://yogaydharmamadrid.blogspot.com POR SWAMI SHANKARATILAKANANDA Por ello se necesita que haya un asana, que no es sólo adoptar la postura. Debe haber quietud. Entonces ya entendemos que el cuerpo empieza a meditar cuando alcanza el silencio en la quietud de su movimiento, en este caso de su no movimiento, y cuando la respiración se desasosiega porque el cuerpo no se mueve, y entonces la respiración entra en meditación; así junto al cuerpo en meditación, los sentidos entran más fácilmente en meditación, porque ya no van hacia fuera, van dentro. Y teniendo estos tres elementos unificados en yoga, ensamblados, el cuerpo quieto, la respiración apaciguada, que es lo más quieta posible que se puede tener (porque no se puede aquietar por completo, pues vendría la parálisis de la mente que sería la muerte), y los sentidos dentro, quietos, reposando en la conciencia, empieza la concentración (dharana); y todo el ser mental concentrado en el interior, donde en sí mismo empieza a fluir en ese estado de sama, en ese estado de bienestar, y cuanto más se mantenga el flujo ininterrumpido de concentración y reposo en sí mismo, la meditación es más profunda y por lo tanto más gozosa, y a eso le llamamos dhyanam. Y la palabra dhyanam, que tiene su origen en la quietud, está relacionada con su explicación en sánscrita, que es fluído.

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