25 de septiembre de 2009

LA REVOLUCION DE LA CONCIENCIA 1

POR: SWAMI SHANKARATILAKANANDA Fuente: http://yogaydharmamadrid.blogspot.com Dejamos los zapatos fuera al entrar en algún lugar. Esta idea de cambio de compartir nuestra mente y nuestra acción donde ya no es necesario, es porque el espacio donde nos introducimos es un espacio que va a exigir de nosotros un yo, una actuación, un ser; esta idea de cambiar de estado de conciencia y de cambiar de yo relacionado con ese estado de conciencia, se encuentra dentro de la filosofía oriental. Nuestro yo está vinculado con lo que se hace, y lo que se hace se vincula con aquello con lo que se asocia la conciencia. Si queremos cambiar la conciencia, tenemos que desvincular al yo con lo que hace, y no es fácil, es un problema. Asi, los zapatos que representan un modo de ser, actuación, un yo, cuando vamos a entrar en un espacio selectivo, no sólo en una casa, sino en un hogar, donde nos queremos encontrar mejor con nosotros mismos, o en un templo o donde somos invitados entre muchos, y se nos da la bienvenida, dejamos unos zapatos, un karma, una manera de actuar, un tipo de ser. No nos dejamos a nos mismos, sólo los zapatos. Nosotros y nuestros pies se introducen en ese espacio nuevo, y se exige un cambio de conciencia, porque si arrastramos algo en un espacio nuevo de actuación, estaremos invalidados, generaremos conflictos, y esto será crítico para nosotros y los demás, y generaremos crisis. Nos pasa a todos, cuando vamos a dormir por ejemplo, también tenemos que dejar los zapatos fuera. Vamos a la cama, dejando de ser el abogado, el hijo, el empleado, la madre, incluso el amante, incluso dejando de tener la relación con la persona con quien compartamos. Porque al dormir, dejamos todo lo que se asocia a nosotros, entrando más desnudos, tanto más que la desnudez es un símbolo para entrar en el sueño. Y si no hacemos el despojamiento asociado al yo, no podemos renovar nuestra conciencia. A la mañana siguiente para poder adquirir otra yoidad asociada, para volver a ser hijo, padre, tener la facultad de operar, necesitamos haber hecho un refresco de nuestra conciencia, haber creado un vacío, para que así cualquier cosa se adhiera a nosotros de forma óptima. Cualquier multiplicación de nuestra facultad, requiere primero un vacío de cualquier facultad, como es la ceroidad del sueño profundo, donde ni tan siquiera recordamos…

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