25 de febrero de 2010

EDAD OSCURA

Así, en la Dharma, la compasión necesita la conciencia del bienestar para todos, que hermosamente se describe en los Vedas cuando dice que “los liberados liberen a los demás”. Krishna es el gran maestro de la Dharma, que estableció el octavo sello de la Dharma, y lo hizo al inicio de esta era en la que nos encontramos, la llamada kali yuga. Esta kali yuga se caracteriza por tener su centro en el egoísmo, por eso es llamada la edad oscura. El corazón del hombre está en avidya, en oscuridad, porque está lleno de cosas, de deseos, y cuando todo está lleno de cosas, no permite que penetre la luz, y todo entonces es codicia. Esta codicia también llega a la vida espiritual, porque es transportada por el ser humano, porque la vida espiritual es la vida del ser humano, y si éste tiene oscuridad en su corazón, no tiene luz en su conciencia. Por eso, Krishna el octavo sello del Dharma, dijo que el más querido por la divinidad era aquel que compartía el conocimiento, el gñyana, lo que hay que saber. Y esto es lo que hay que aprender y lo que tiene que ser enseñado; hay que aprender el gñyana, y enseñarlo también. Tener la necesidad de alcanzar el saber y tener la compasión de querer enseñarlo habla de fraternidad, de no codicia, de no egoísmo, porque el intercambio que se produce entre el que sabe y el que quiere aprender, no tiene como “leit motiv” el dinero. No tiene la razón de querer subsistir para el que enseña, ni para el que aprende poder subsistir un día enseñando, porque la razón es la compasión y ser querido por la divinidad. Enseñanzas del muy Venerable Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjali Upasaki)

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