10 de febrero de 2010

EL EQUIPAJE DEL YATRA

En el mandiram (templo), la mente se vuelve fuerte, se fortalece. Así, el templo también es un tirtha, un lugar sagrado donde compactar más fuerzas espirituales, que se convierten en fuerzas físicas o psíquicas. Estar con un maestro y aprender con él, también es estar con un tirtha. Aprender con él, es lo que da origen al yatra, al viaje; antiguamente, cuando eran candidatos buscaban a los maestros en los bosques, en las montañas. Se encontraban con ellos y vencían todas las dificultades, porque el viaje era de por sí una prueba iniciática, y se ganaban el derecho a la pregunta. Dice el Bhagavad Gita que te ganarás el derecho de hacer la pregunta que suscita el conocimiento de aquellos que lo tienen, cuando ganes su amistad a través del respeto (pranam) y servicio, es decir, colabores en su misión y labor. Es el sistema tradicional védico, y así se ganaban las respuesta. ¿Cómo se hace la peregrinación? Se debe salir con la capacidad de poder aprender, como decía Swami Shivananda: adáptate, ajustáte y acomódate, que es la regla de saber poner el yoga en práctica. Aquel que quiere vivir cuando viaja como en casa, que todos los conceptos que conoce se repitan en los mundos donde va y en los mundos de las personas, no sabe viajar, al igual que aquel que quiere encontrar sólo lo que entiende. Por eso la mente ha de estar abierta, y el corazón también, sin prejuicios, ni ideas predeterminadas, que lo distinto no tiene porque ser malo, y no ha de asustarse por lo que no entiende, sino moderar sus emociones hasta que pueda comprender. Amabilidad y prudencia son dos recursos del peregrino: ser paciente, no ser hostil, desconfiar un poco como parte de la prudencia. Viaja con las ropas apropiadas, pero con un equipaje interno lo más vacío, para poder aprender lo que se le va a enseñar en su yatra. Enseñanzas de Swami Shankaratilakananda, discípulo de Swami Tilak (editado por Dipanjai Upasaki)

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